Un paraíso. Un mundo interior. Llevo tres años recorriendo estos pueblos tan bellos y siempre he vuelto con nostalgia. Me proclamo una gran enamorada de La Provence.
La Provenza es mucho más que campos de lavanda.
Castillos medievales, en Lacoste sin ir más lejos, Pierre Cardin ha restaurado el que perteneció al marqués de Sade.
La Provenza es luz, aromas, lujo y mucha alegría. No me extraña que Carolina de Mónaco lo escogiera cuando pasó el duelo por el fallecimiento de su marido. San Remy de Provence fue la localidad en donde crió a sus hijos.
La Provenza francesa es más que una región, una forma de vida. Cada paisaje es una postal, en un cuadro inmenso de color los pintores impresionistas quedaron por ello impactados por esta zona de Francia que recrearon una y otra vez en sus cuadros.
Son pueblos al más puro estilo boho chic que cada año voy conociendo en profundidad. Hoteles exclusivos, mercadillos únicos, restaurantes con encanto. Cada rincón, cada escalón que subes o bajas y cada calle que recorres son postales reales, sentimientos que afloran y recuerdos que año tras año revivo y que no me canso de ello.
No es de extrañar que famosos del mundo tengan un rincón personal en este lugar tan bello en donde desde el primer momento que lo huelo, la paz y la calma te acompañan durante toda la estancia
Provenza Francesa ya cuento los días que me quedan para volver el próximo año.
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